Marca Tridimensional

La marca tridimensional es aquella constituida por la forma o disposición del producto o su envoltorio. Como ocurre con cualquier otra marca, su objetivo es identificar y diferenciar un producto o servicio en el mercado.

Pese a que su representación gráfica no requiere de una elevada tecnología (como puede ocurrir con las marcas olfativas o las marcas holográficas), la marca tridimensional suele considerarse una marca no tradicional.

¿Qué es una marca tridimensional?

Como Signos Distintivos que son, las Marcas Tridimensionales buscan aportar distintividad a un producto o servicio. Es decir, le dan unas cualidades perceptibles que nos permiten diferenciarlo de otros productos o servicios similares.

La particularidad de las marcas tridimensionales es que cobran forma en los envases, envoltorios o en el propio producto. Se trata, por tanto, de signos distintivos que pueden tener una funcionalidad adicional.

Por ejemplo, una de las marcas tridimensionales más populares del mundo es el bote de las patatas fritas “Pringles”. Este bote, diseñado por Fred Baur, es un cilindro resistente que conserva la humedad del producto. Además, permite apilar las patatas, evitando que se rompan y sacando el máximo partido al espacio disponible.

Otro ejemplo popular de marca tridimensional son las chocolatinas “Toblerone”, que se presentan en prismas triangulares, lo que permite un mejor almacenamiento.

Pero las marcas tridimensionales no siempre se eligen por su utilidad. Por ejemplo, es frecuente que los productos embotellados (o al menos sus versiones más prestigiosas) presenten botellas con un diseño particular. Esto ocurre con los licores o con los perfumes, pero también con productos más cotidianos como la Coca-Cola.

¿Cómo se protege una marca tridimensional?

Para proteger la marca tridimensional se debe tramitar el proceso de registro de marcas en el SENAPI. La única particularidad es que no entregaremos el dibujo de un logotipo o el diseño de una tipografía, sino una representación gráfica del producto o envoltorio en cuestión.

En este sentido conviene matizar una cuestión. Como hemos indicado, las marcas tridimensionales pueden aportar ventajas adicionales al producto. Por ejemplo, optimizar su espacio de almacenamiento.

Sin embargo, debemos ser plenamente conscientes de que no estamos patentando un envoltorio. Es decir, lo que caracteriza a la marca tridimensional es su idoneidad para identificar el producto o servicio. El resto de sus utilidades son irrelevantes en el proceso de registro como signo distintivo.

Esta cuestión no es menor. Por ejemplo, conlleva que si yo diseño un envoltorio más resistente que el de las Pringles para almacenar productos alimenticios podría solicitar su patente. Pero en ningún caso podría registrarlo como signo distintivo de mi compañía de patatas fritas si visualmente es idéntico al famoso cilindro.

Estas particularidades se detectan en el proceso de due diligence que se realiza previamente al registro de una marca. Generalmente conviene contratar a un especialista en Propiedad Industrial para evaluar la registrabilidad del Signo Distintivo y su eventual colisión con otros signos ya registrados.

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