La confidencialidad en la empresa: cómo proteger tus secretos industriales

Los secretos industriales son claves para obtener y mantener nuestra ventaja comercial. Por eso es importante saber cómo protegerlos. Dado su elevado valor de mercado, los secretos industriales están sometidos a múltiples amenazas. Desde el espionaje industrial hasta las filtraciones internas. Pero, ¿cómo podemos protegernos frente a su vulneración?

¿Qué son los secretos industriales?

Definimos como secreto industrial o secreto empresarial aquellos conocimientos sobre productos, procedimientos o estrategias cuya reserva aporta una ventaja competitiva. Por ejemplo, entran dentro de esta categoría:

  • Bases o recopilaciones de datos, como listas de clientes o proveedores.
  • Dibujos, modelos, proyectos, mapas y esquemas no sujetos a Patente.
  • Procesos, sistemas, técnicas y conocimientos de producción u organización.
  • Programas informáticos y sistemas no registrados o protegidos mediante Derechos de Autor.
  • Información financiera, comercial, planes de producción, comercialización o exportación.
  • Estudios de mercado y análisis de la competencia.
  • Manuales operativos, reglas de procedimiento y similares.
  • Ingredientes y fórmulas de fabricación de productos.
  • Proyectos de investigación, desarrollo e innovación.

En definitiva, cualquier información reservada que nos aporte mejoras o avances frente a nuestra competencia se puede considerar un secreto industrial o secreto de empresa.

¿Por qué es importante la protección de los secretos industriales?

Como hemos visto, la clave de un secreto empresarial es que nos aporta ventaja competitiva. El problema es que, como analizamos al estudiar qué campos son objeto de protección por la Propiedad Industrial, existen activos intangibles que no pueden patentarse ni registrarse.

Por ejemplo, las formas de presentar información o las estrategias comerciales no pueden protegerse mediante las técnicas tradicionales. ¿Cómo podemos garantizar su seguridad, entonces?

Para proteger este tipo de activos existe la legislación de secretos industriales. Pensemos, por ejemplo, en lo complicado que sería proteger el know how de la empresa. Especialmente sin hacerlo público para insertarlo en un registro.

La protección de los secretos empresariales

En otras ocasiones hemos analizado la Decisión n.º 486 de la Comunidad Andina. Y esta es de nuevo la norma a la que debemos recurrir para proteger nuestros secretos empresariales.

Ámbito de protección

Se considera secreto empresarial toda aquella información que:

  • Posea una persona natural o jurídica legítimamente.
  • No haya sido divulgada.
  • Pueda emplearse en actividades productivas, industriales o comerciales.
  • Además, pueda transmitirse a terceros.
  • Sea secreta. Entendemos como tal que la información no haya sido divulgada y tampoco sea fácilmente accesible.
  • Tenga un valor comercial derivado de este carácter reservado. Por ejemplo, si el hecho de que nuestros competidores conocieran nuestro secreto no les aportara ventaja o disminuyera nuestros beneficios no estaríamos ante un secreto merecedor de este régimen de protección.
  • Haya sido objeto de medidas de protección razonable.

Las medidas de protección razonables

Como vemos, una de las claves de la protección de secretos empresariales es la adopción de medidas de protección razonables. Esto impone un principio de responsabilidad proactiva. Es decir, es la propia empresa quien debe preocuparse de que su información sensible siga siendo secreta. Y solo cuando fallen sus sistemas de seguridad entrará en juego el Derecho.

Exclusiones al ámbito de protección

No quedan protegidas como secretos empresariales aquellas informaciones que se deban revelar por disposición legal u orden judicial. Pero esto no implica necesariamente que se pueda entender divulgada la información. De hecho, cuando proporcionamos nuestros secretos empresariales para obtener licencias, permisos o autorizaciones no se considera que los hayamos hecho públicos.

¿Puedo ceder mis secretos empresariales?

Sí, siempre y cuando mantengas las medidas de seguridad razonables que fundamentan su protección. Es más, algunas figuras jurídicas, como la franquicia, reposan precisamente en compartir los secretos empresariales (el know how) entre varios interesados (en este caso, los franquiciados).

Sin embargo, siempre que cedamos nuestros secretos industriales debemos prohibir su divulgación. De este modo evitaremos que terceras personas puedan hacer pública nuestra información sensible. Para ello podemos emplear cláusulas de confidencialidad, siempre que no vulneremos las normas de libre competencia.

Esto es particularmente importante cuando trabajamos con empleados o colaboradores. Previsiblemente, estas personas tendrán acceso a nuestros secretos industriales. De hecho, es probable que los tengan que utilizar para desarrollar sus funciones. Por eso es importante explicitar en nuestros contratos que tales secretos no pueden revelarse sin autorización, salvo en los casos que legalmente proceda.

¿Qué ocurre si alguien accede a mis secretos industriales?

La utilización no autorizada de un secreto industrial nos permite invocar las normas de competencia desleal. Por tanto, podemos:

  • Prohibir que se utilicen nuestros secretos empresariales sin nuestra autorización.
  • Impedir su divulgación cuando pueda provocar lucro ajeno o perjuicio propio.
  • Prohibir su adquisición por medios ilícitos, como el espionaje industrial.
  • Impedir su explotación o divulgación, siempre que se haya obtenido sin nuestra autorización.

La realización de alguna de estas conductas nos permitiría actuar por competencia desleal. Para ello tenemos un plazo de dos años desde la última actuación desleal.

¿Cuánto dura la protección de un secreto empresarial?

La protección de los secretos empresariales no tiene un plazo determinado. Por tanto, siempre que esta información nos aporte una ventaja comercial y decidamos no divulgarla, seguirá estando protegida.

¿Cómo puedo proteger mis secretos industriales?

El primer paso para proteger tus secretos industriales es realizar una auditoría de impacto. Debemos detectar tanto los riesgos de acceso a nuestra información confidencial como las oportunidades de protección.

Tras este primer estudio podremos elaborar un protocolo de protección de secretos empresariales, que irá evolucionando con el paso del tiempo. Necesitaremos identificar la información confidencial y elaborar medidas de protección específicas. Además, tenemos que asegurarnos de que todos nuestros colaboradores conocen nuestra política de seguridad y saben que existen elementos a los que no deben acceder.

También es importante monitorizar el cumplimiento de estas políticas, estableciendo medidas correctivas para el caso de detectar brechas de seguridad. Debemos recordar que sin estas medidas no podremos invocar el régimen de protección jurídica de los secretos empresariales

Si necesitas ayuda para proteger tus secretos empresariales no dudes en contactar con nosotros. En Achá Lemaitre somos especialistas en la protección de activos intangibles, así que podremos asesorarte para que utilices las figuras más garantistas para cada uno de tus activos.

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