Una marca holográfica no es más que aquel signo distintivo constituido por un holograma. La holografía consiste en la creación de imágenes tridimensionales mediante la impresión de una película fotosensible con un rayo láser.
Esta tecnología se inventó en 1948 y sigue siendo ampliamente utilizada en el sector comercial. En concreto, destacan sus usos a nivel de seguridad, debido a la dificultad para falsificar el holograma.
Esto ha llevado a las marcas a emplear signos holográficos como señal de autenticidad o de calidad. Así, las marcas holográficas son ampliamente utilizadas en tarjetas de crédito, sellos de calidad e incluso billetes de curso legal.
¿Qué es una marca holográfica?
Mediante el uso de la holografía se puede crear una imagen en tres dimensiones sobre un soporte plano. Estas imágenes pueden presentar diferentes perspectivas, aparentando incluso sobresalir de los límites de su soporte.
Su principal ventaja es que no es necesario emplear ningún dispositivo para percibir las diferentes presentaciones de la imagen. El usuario puede cambiar de perspectiva o mover el soporte y verá otra imagen o perspectiva.
Precisamente por ello son un formato muy llamativo. Pero, además, su elaboración requiere la utilización de una elevada tecnología, que no está al alcance de cualquiera. De ahí que sean los campos de control de calidad y seguridad los que antes adoptaron este tipo de signos distintivos.
La protección de signos holográficos
Como ocurre con cualquier otro elemento que aporte distintividad y se pueda representar gráficamente, los hologramas pueden ser objeto de Propiedad Industrial. Si los utilizamos para identificar y diferenciar nuestros productos y servicios podremos solicitar su registro en el SENAPI y en otros organismos internacionales.
De este modo obtendremos una serie de derechos de exclusividad. Por ejemplo, podremos evitar que personas no autorizadas utilicen nuestro holograma.
Problemas del registro de marcas holográficas
El principal problema a la hora de registrar una marca holográfica es que su representación es muy compleja. Recordemos que dependiendo de la perspectiva del espectador, el holograma mostrará una u otra imagen. Por tanto, su descripción debe ser extremadamente detallada.
Por otro lado, el carácter distintivo del holograma no es fácil de acreditar. Y es que los usuarios pueden diferenciar una marca de otra fácilmente por medio de un logotipo, un conjunto de colores o la forma de su envoltorio. Pero no es tan fácil que diferencien un producto de otro en base a un holograma.
Por eso es más importante que en otros casos contar con la asistencia de un especialista en Propiedad Intelectual a la hora de registrar estos signos distintivos.