Todos los días vemos en la televisión o por Internet promociones acerca de Productos Milagro para adelgazar, dormir, tener memoria, fortalecer las defensas, recuperar el vigor sexual, sentir energía, ver mejor.
Pareciera que para todos los problemas de salud hay un teórico remedio fuera de los cauces establecidos.
Y a veces las personas, por ignorancia o quizás por comodidad, adquieren este tipo de productos con el objetivo de simplificar una solución relacionada con tratamientos de salud.
Esta práctica publicitaria ha sido catalogada en muchos países del mundo como publicidad engañosa. Es decir, prometen mediante publicidad distorsionada curar enfermedades y padecimientos de manera inmediata y sin esfuerzo.
Además, muchos de estos productos no tienen base científica ni cumplen la reglamentación para este tipo de propagandas. De este modo, evaden las exigencias de veracidad, claridad de información sobre su contenido, composición, naturaleza o efectos.
Casos de Publicidad Engañosa
Este es un caso emblemático. La empresa Power Balance comercializa en todo el mundo pulseras de silicona con holograma a las que atribuye efectos beneficiosos para la salud. Y ahora tendrá que indemnizar con 57 millones de dólares a un grupo de consumidores estadounidenses que el año pasado presentaron una demanda contra la compañía por publicidad engañosa.
Josh y Troy Rodarmel, fundadores de la empresa, admitieron que “el equilibrio, la fuerza y la flexibilidad” atribuidos al producto no tenían pruebas científicas creíbles que apoyen sus afirmaciones. Por tanto, incurrieron en conducta engañosa con la consecuencia mencionada.
Qué dice la reglamentación en Bolivia
En Bolivia, la venta de Productos Milagro que constituye al mismo tiempo un engaño y un riesgo sanitario no está sujeta a ningún tipo de control por parte de las autoridades competentes.
Sin embargo, la ausencia de control y/o reglamentación específica no impide que las personas engañadas presenten sus reclamos o denuncias. Esto debe hacerse ante el Viceministerio de Defensa de los Derechos del Usuario y del Consumidor y ante el Ministerio Público por delitos contra la salud pública.
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Créditos: La imagen de este post es propiedad de Joshua Barle, extraída de Unsplash